
Me está pasando últimamente que planifico las actividades diarias con una anticipación tal que vivo por adelantado, tanto que hay veces que no sé qué día es. Estoy acá y allá. Y no estoy en ningún lado. ¡Es como una carrera contra el tiempo que no para!
Esto me hizo acordar a algo que leí por ahí alguna vez. En una oportunidad, un tipo común le cuestionaba a un sabio hindú en qué radicaba su sabiduría, si entre ellos no había ninguna diferencia: ambos hacían lo mismo. El sabio respondió:
- La diferencia está en que cuando yo trabajo, trabajo. Cuando como, como. Cuando duermo, duermo...
“Si estás ocupado en algo y te concentras en ello, como si fuera lo único que tienes que hacer en la vida, fortalecerás el músculo de la atención. Pero sin agobiarte.”