
Pensando en eso, se me ocurrió una idea buenísima para acoplar al servicio del gimnasio, que es lo siguiente: pagando la cuota más un bonus, te brindan un servicio extra que consiste en un tipo que te va a buscar a tu casa a la fuerza, y se encarga de refutar cualquier excusa que le mandes para no ir. En casos más difíciles, en que el usuario intente esconderse en otros lugares que no sean su domicilio, se les inserta un microchip en la oreja, o en cualquier otro lado, así el forzudo lo va a buscar del cogote, donde sea que esté el indisciplinado.
Quizás, de esta manera, sea más fácil asistir a estos centros de tormento y no hacer como yo, que paga el pase libre para no ir nunca...