Hace algún tiempo, en enero más precisamente, fuimos con Leti a comprar un regalo de cumpleaños para un amigo. En nuestro periplo de búsqueda, ya cansados de dar vueltas entre tantas cosas inútiles, encontramos nuestro regalo salvador: un set de tazas y platitos para el té.
La caja en la que venia embalado era considerablemente pesada y todavía más considerablemente incómoda de llevar. Ya en la línea de cajas (no importa si se llevan 2 o 48 artículos, se tarda en pagar y envolver exactamente lo mismo) la inút....digo, la empleada de turno que nos tocó nos pregunta con cara amable y, al mismo tiempo, de "mátenmeeee" si lo envolvía para regalo. Y yo...chocho de la vida, pensando en que tenia una cosa menos para hacer, dije que si.
Lo que siguió a continuación fue una serie de sucesos inexplicables....inexplicables para alguien que tiene una mínima de lógica a la hora de hacer un envoltorio, o simplemente meter la caja en una bolsa con un moñito, y listo. La flaca estuvo 20 minutos metiéndole cinta de embalaje al paquete, lo daba vueltas, le seguía metiendo cinta, lo seguía dando vueltas....hasta que por fin...terminó el suplicio. La foto del "paquete de regalo" es elocuente. Un paquete rodeado de cartuchos de dinamita con un reloj despertador llamaba menos la atención. Mi hermano gasta la tercera parte de cinta de embalaje para embolsar y despachar un pedido de 16 bultos.
Leti y yo no sabíamos si morirnos de la risa....o hacernos los boludos y salir del choting lo más rápidamente (y desapercibidamente) posible, ya que daba mucha vergüenza andar con semejante paquete verde con una terrible asa...y que eso resultaba ser un regalo, ya que el moñito daba una pista de ello. Lo bauticé Manijotas. Y si...le saqué fotos. TUVE que sacarle fotos al engendro...no podía dejarlo morir con la tijera y el cuchillo que usé para sacar la pobre caja de ahí dentro, de entre tanta bolsa de polietileno y cinta de embalar, y hacer un paquete de regalo que por lo menos se parezca al susodicho (aunque incluso si lo hubiera llevado a patadas hasta la casa del cumpleañero, habría quedado mas presentable).
De más está decir que ni siquiera tuvieron la delicadeza -a estas alturas…bueh- de envolver la caja con papel de regalo. No: usaron la misma bolsa verde CHOTA que usan cuando compras dos pares de medias de rebaja. Así que ya saben...si alguna vez compran algo en Falabella y les preguntan si lo quieren para regalo...digan que no. Y si pueden poner cara de susto, mejor.
