
Valle de Ongamira, ùltimo reducto de los Comechingones. Sus grutas y cerros fueron lugar de rituales sagrados. Allì, al llegar los conquistadores, se produjeron las mayores matanzas, arrestos y suicidios en masa. Detràs, el Cerro Colchiquì, testigo silencioso de una triste historia.
2 comentarios:
Vaya, qué triste historia... O, mejor: qué triste LA historia.
Cambiando un poquito (mucho) el tono: hay una canción de Les Luthiers: "Somos comechingones / muy renombrados / joyas, collares, mantas / vendemos en el mercado / y a los que no nos compran / nos los comemos asados", je, je... No sabía que la palabra existiera.
sip...te diría que toda nuestra América está condimentada...hasta hoy...por sangre inocente.
Erika, qué lindo que viniste!!!
Feliz día en nuestro día!
Un abrazo. :)
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