20 de octubre de 2005

Vendedores del barrio



Amo los pregones. Son cantos de lo cotidiano, son voces de la calle. Cada vez que pasa un vendedor por la puerta del laburo, salgo corriendo a asomarme y deleitarme los sentidos. Los hay de todo tipo:
-el popular "pescadooooooor",
-el huevero con su "traiga la fuente, señora, traiga la fuenteeeee. Llegó el huevero, señora, llegó el hueveroooooo. Hay huevo´blaaaanco, coloraaaado, fresco, de campooooo"
-el macetero, con su camioneta, invitando a la señora a que vaya a la esquina a ver macetas de terracota
-el escobero, con su incansable queja de que la gente es tan pobre que ya ni barre
-el chatarrero, vociferando vocablos difíciles de entender,
-Y el tan adorado afilador y su inconfundible chifle.
Un encanto! Espero que sobrevivan a la modernidad.

8 de octubre de 2005

Mi adorada Cindy

Cindy ya tiene siete años. A pesar de los dichos de cierta gente, su dulzura invade la atmósfera que la rodea. Es cierto que tiene un carácter un poquitillo bravo pero no deja de ser una perra agradable, compañera y muy cariñosa.
La imagen es de cuando cumplió un añito. Para aquel tiempo todavía toleraba el uso de accesorios como hebillas y gorros pero en la última Navidad hemos descubierto su gran desagrado a estos bártulos. Son varios los testigos a semejante disgusto, que lo pudieron comprobar tras intentar ponerle un gorro papanoelesco para perros. De más está decir que el intento fracasó, y hubo que socorrer a más de uno con gasas y pervinox.
Ahora, ella está al cuidado de sus generosos "abuelos" porque en mi depto no hay lugar para un cocker.
Dulcinea, agradecida.