26 de diciembre de 2010

Felicidades!!

Volviendo de un paseo con unos niños del hogar, al colectivo subió un borracho con la típica botella de dudoso contenido. Luego de desearle felices fiestas al chofer se sentó cerca de nosotros y se dispuso a silbar una canción. Entonces le susurré a uno de mis amigos que yo no sabía silbar. Y traté de demostrarle que era cierto, haciendo un esfuerzo para emitir un sonido con los labios. Demás está decir que fue en vano. Pero el borracho, se dio vuelta y me miró con desconfianza. Para evitar que crea que me estaba burlando, le dije que yo no sabía silbar y le sonreí. Me miró fijo un rato más y dijo:
“Con el respeto de los chicos, te digo que si pasás una noche conmigo, al otro día vas a salir silbando el Pájaro Campana”
Con esta ocurrencia, les dedico una canción y les deseo muchas felicidades hoy y siempre.

5 de diciembre de 2010

10 de noviembre de 2010

Los animales y la muerte

Hace un par de días murió mi perrito Lalo, el rescatado de la calle de apenas un añito. Producto de una infección en la boca y otras tantas complicaciones fulminantes, su salud se derrumbó en menos de una semana, sin posibilidades de sobrevivir. Con cuidados intensivos, le hice el aguante hasta el último suspiro, que lo dio cuando lo vi a primera hora del lunes. Parecía que me estaba esperando para partir. Su hermanita Lola aullaba hacía unos días. Ahora lo extraña e intentó desenterrarlo dos veces. Llegó a desgarrar parte de las mantas con las que estaba envuelto. Me pregunté con qué intención habría querido hacerlo… Una amiga me dijo que era normal, que su olfato era increíblemente superior al de los humanos y sentiría su olor. Me impresionó mucho este comportamiento y vino a mi mente algunos documentales sobre la muerte de los animales y sus reacciones. Encontré un artículo de lujo que trata un poco sobre la conciencia animal. Es un fragmento del libro “De lo animal, lo humano y lo divino” escrito por José Francisco Zamorano Abramson, psicólogo y músico, doctorando en comportamiento animal (Etología). Aquí lo comparto.

“Cuando era niño me quedaba horas contemplando cómo las hormigas transportaban los cadáveres de sus compañeras de regreso al hormiguero. Me preguntaba por qué lo hacían y fácilmente asumí que era porque deseaban llevar de regreso a sus congéneres a modo de duelo. Me imaginaba qué podrían sentir mientras lo hacían, e interpretaba que lo que ellas sentían era tristeza y dolor por sus compañeras mientras las transportaban. Aunque no podía ver sus lágrimas o escuchar sus lamentos llegaba a esta conclusión producto de mis experiencias humanas. ¿Por qué otra razón habrían de hacerlo?

Nunca se me olvidará tampoco un documental que vi siendo niño en el que se descubría y filmaba por primera vez el caso de una especie de termitas que depositan y cubren con piedras a sus muertos, hecho al que, por lo que tengo entendido, aún no se le encuentra ninguna explicación convincente.

(…)En el caso de los animales domésticos también encontré notables diferencias. Mientras que las gallinas podían seguir tranquilamente picoteando el maíz en frente de las compañeras que estaban siendo sacrificadas para la olla, los cerdos se ponían muy nerviosos e intentaban escapar. Para mí esto también era un claro indicio de que de alguna forma los cerdos “se daban cuenta” de que algo perjudicial les estaba pasando a sus compañeros y que quizá también les podía ocurrir lo mismo a ellos. Una vez me entrometí en un matadero y observé que las vacas también se alteraban e incluso intentaban retroceder cuando estaban siendo transportadas por la cinta mientras podían oler la sangre y ver como faenaban a sus compañeras. El caso es que así entendí en mi niñez que cada especie animal reaccionaba de forma distinta frente al mundo que le rodea, que tienen, en definitiva, realidades muy distintas ante la experiencia de la desaparición de sus semejantes y quizá sobre la conciencia de la muerte en sí misma.

Básicamente, llegué a entender que las reacciones ante la muerte de un semejante cambian bastante cuando se han establecido vínculos emocionales entre animales, animales sociales. Sorprendente es el caso de una especie de periquito llamados “inseparables”, quienes pueden llegar incluso a la muerte al dejar de alimentarse voluntariamente ante la muerte de su pareja.

El movimiento ambiental en USA debe su existencia en gran parte a las reflexiones y conclusiones de un cazador de lobos que durante el cumplimiento de su labor de eliminar a las poblaciones de lobos de Norteamérica persiguió por meses a la pareja reproductora líder del clan hasta que logró atrapar y dar muerte a la hembra. Llevó el cadáver a su rancho y la sorpresa fue que durante toda la noche escuchó aullidos que le parecieron distintos a los que el siempre había escuchado en el campo, aullidos que en sus propias palabras “estaban cargados de tristeza”. El cazador estaba seguro que el macho había viajado kilómetros en busca de su pareja, y, al día siguiente, descubrió las huellas del macho cerca del cadáver de su compañera. Ese día salió en busca del lobo a quien logro atrapar.

Cuando se disponía a dar el tiro de gracia miro a los ojos de lobo y desde ese preciso instante, según relata, dejó de cazar para siempre lobos, dedicando su vida la protección de la naturaleza. De ahí nació el movimiento ambiental en USA y de alguna manera el movimiento ecologista mundial. Y todo, al menos según cuenta la leyenda, por un macho de lobo que se expuso a su propia captura y muerte por no abandonar a su hembra.

Esta fidelidad de los vínculos entre lobos y de lo que podría afectar para ellos la muerte de un compañero parece estar presente también en nuestros perros domésticos. Emblemático es el caso de Hachiko, un perro japonés en cuyo honor se erigió una estatua por esperar en el mismo lugar a su amo por más de diez años hasta que murió. O el yorkshire que tras la muerte de su amo nunca abandonó su tumba y vivió toda su vida hasta su propia muerte en el cementerio junto a su amo.

Ahora, y sin restar su importancia a todas estas reacciones ¿cuál es la explicación de las mismas? ¿“extrañan” los animales y sienten de alguna manera la ausencia del ser querido o estamos ante una simple reacción ante un cambio en su medio, en su rutina?

Los pocos casos en que al parecer existe algún grado de reacción, si se me permite decirlo, que pueda sugerir algún concepto o entendimiento del hecho de la muerte de un semejante, los encontramos en algunos de los mamíferos sociales que poseen los cerebros más complejos. Por ejemplo, se ha observado a madres chimpancés, gorilas y delfines transportar por días los cadáveres de sus hijos, quizás sin darse cuenta que están muertos o quizás simplemente rehusándo a abandonarlos. Se cuenta un caso de una madre gorila que pasados varios días, y cuando el cuerpo de su cría mostraba claros indicios de deterioro, llego al extremo de comérselo. Además, en todas estas especies los individuos han mostrado cambios de conducta asociados a la muerte de algún animal con el que estaban vinculados, como buscar a sus compañeros en los lugares que solía frecuentar o retirarse del grupo y dejar de participar por días en las dinámicas sociales. Estos comportamientos son, para muchos, claros indicios de que el animal recuerda y extraña al individuo que ha desaparecido. El hecho de no abandonar a los semejantes en problemas, enfermos o moribundos, es llevado al extremo en los cetáceos, quienes pueden morir en masa con tal de no abandonar a uno de los suyos. Esto es conocido por balleneros quienes, en el pasado, han arrastrado a veces a crías moribundas a un costado de la embarcación para hacer que la madre o el grupo los siguiera adonde ellos quisieran y se se sigue utilizando, por ejemplo, en las Islas Faroes, en Dinamarca, para atraer a todo el grupo a la costa donde estos animales son asesinados por el pueblo en una cruel tradición popular.

Pero de todos los ejemplos, el de los elefantes es el que más nos suele impresionar, quizás por su semejanza con algunos de los duelos humanos. Los elefantes, al encontrarse con los restos de otro elefante muerto se muestran agitados, tensos y excitados. Con sus patas y trompa los escudriñan, huelen y tocan los restos óseos de otros semejantes. ¿Tendrán los elefantes además del apego afectivo a su pariente algún concepto de la muerte o solamente actúan por curiosidad al encontrar objetos inusuales?

Al igual que los chimpancés o los delfines, los elefantes son especies en las que sus individuos viven durante mucho tiempo y tienen fuertes relaciones sociales tanto entre familiares como entre los distintos miembros de una manada, con presencia de actos altruistas, es decir, con la ayuda a otros miembros del grupo, comprometiendo incluso la seguridad personal. En el caso de los elefantes, estas características podrían explicar, en parte, su gran interés por los restos de otros elefantes. ¿Son acaso estos ritos semejantes en algún grado a los ritos de duelo que practicamos los humanos?” (...)


Fuente: http://librodenotas.com/deloanimallohumanolodivino/15199/conciencia-animal-de-la-muerte

10 de octubre de 2010

De humor y dulzura

Desde que estoy yendo a dar apoyo escolar al hogar de pibes en la estación de Lanús, he vivido momentos bellísimos y me han enseñado muchísimas cosas. Nos divertimos un montón y las anécdotas que tenemos ya son infinitas. Aquí trascribo las primeras de ellas, que las tenía en un cuaderno. (Los chicos que menciono tienen entre 14 y 16 años)

  • Mientras hacíamos las tareas, Ramón observó mi cartuchera de jean con una flor y hojitas. Le llamó la atención porque las hojitas parecían de marihuana y me reí contándole que las había bordado yo misma y me habían salido así. A lo que Ramón contestó: “Bueno, si algún día tengo una jija, te voy a agradecer que no le bordes nada…”
  • Una tarde en la que yo estaba algo molesta por un asunto personal (en el que siempre hay un hombre involucrado) les conté a los chicos lo que me había pasado y aproveché para aconsejarlos sobre cómo tratar a las chicas. Por ejemplo, no dejarlas plantadas en una cita. A lo que Ramón contesta: “Yo jamás le haría eso a una chica – y agrega – salvo que sea así como vos…”
  • Vivi, la encargada de la tarde, trajo un bolso con ropa para vender pero advirtió que no era ropa como para nosotras. ¿Es para bebés? pregunté. “No, es para chicas muy flaquitas” y empezó a mostrar minúsculas prendas que nos podrían llegar a encajar en las más utópicas de las imaginaciones. Víctor se acerca y observando una de las remeritas dice: “Disculpame, Vivi, pero a vos eso no te entra” Hace una pausa, me mira y agrega: “Y, Erica, sin ofender, a vos tampoco.”
  • En una de las consignas de Educación ciudadana o algo así, se analizaban los derechos del niño y la tarea era agregar algún derecho que no estuviese expresado en la ley. Yony se iluminó y dijo: “Derecho a amar”
  • Una tarde en la que yo estaba algo triste, llevé acrílicos y hojas para pintar y así aprovechaba para canalizar mi angustia. Los pibes dibujaron a Bob Esponja y yo hice unos círculos de colores furiosos con pinceladas violentas. Cuando les muestro mi dibujo, Luis comenta: “Aaaah, buenoooo, vos estás peor que nosotros!”

11 de agosto de 2010

Pueblo atlante

Hace unos días estuve en la ciudad de Federación, Entre Ríos, y tuve la oportunidad de conocer algo de la historia de su viejo pueblo. Desde su origen, el asentamiento de esta localidad tuvo tres mudanzas, siendo la última de ellas algo escalofriante, como de cuento surrealista. En el año 1946 el presidente Juan Domingo Perón firmó el tratado binacional con la República Oriental del Uruguay para el aprovechamiento de los rápidos del río Uruguay en la zona de Salto Grande, donde se construiría la represa hidroeléctrica. Esta daría lugar a un embalse cuyas aguas cubrirían al pueblo entero. Los federaenses de aquel tiempo debieron vivir 28 años a la expectativa de la ejecución de la obra, o sea que durante ese lapso los invadió la incertidumbre hasta que en 1974 comenzó la construcción del Complejo Hidroeléctrico, y recién para 1977, se inició la construcción de la nueva ciudad. Llegado el momento de la transición, la vieja Federación fue totalmente demolida, sus casas arrasadas, sus árboles talados, dejando al descubierto la más penosa de las desolaciones.

El 25 de marzo de 1979, durante la última dictadura, Jorge Rafael Videla inauguró la Nueva Ciudad de Federación a unos tres km de allí. El tercer asentamiento recibió a sus moradores sin tener edificios públicos, con las calles y veredas a medio terminar, sin vegetación, ni iluminación. Dice la gente del lugar que pasó mucho tiempo hasta que logró crecer el pasto y que, durante años, no vieron pájaros…


Actualmente, esta nueva ciudad presenta otras características y ha resurgido gracias a la explotación de aguas termales. Sin embargo, la vieja Federación aún está latente en el recuerdo de sus moradores, quienes sufrieron el desarraigo y conservan en sus retinas las imágenes de su destrucción. En épocas donde la bajante del lago es importante, rastros del antiguo pueblo salen a la luz: han quedado los cimientos de las casas y edificios públicos, los troncos talados con sus raíces aferradas a la tierra, restos de baldosas… Y los que han vivido allí vuelven a recorrer sus calles, a visitar el lugar donde estaban sus casas, su patio, la iglesia, la plaza…

La verdad que me costó un poco creer lo que nos contaba el guía, testigo de la destrucción de su pueblo. Hay un pequeño museo de la imagen en la "vieja ciudad", a la que se accede cruzando un puente sobre el río Uruguay. Algunos le llaman a ésto "progreso" pero tengo mis serias dudas.

Fragmento de “Adiós pueblo mío” de Kita Rollano

“Oh… no saben ellos lo qué es el progreso
Cuando desde lejos decretan la muerte de mi amado pueblo.
No hay nada que pague sus calles de piedra,
sus viejas moradas de veredas anchas,
el tibio cobijo de nuestros pinares,
o el hilo de plata que bordea al pueblo
¡Y que no sé cómo pero están muriendo!”


El documentalista Nestor Frenkel logró plasmar esta historia con un humor sutil. Espero poder verlo alguna vez.






Fotos de la web

Erica Zaza

11 de julio de 2010

27 de junio de 2010

Mi amigo Ramón


Ramoncito es un chico de 16 años que vive en el Hogar Ceferino. Lo conocí hace unos meses, cuando empecé a dar apoyo escolar en esa casa. Nos hemos hecho amigos y nos divertimos mucho: dibujamos, jugamos al ping pong y hacemos cosas del cole. Estudia francés, teatro, canta y odia las matemáticas.

Ramoncito escribe poemas, entre otras cosas. El otro día me ragaló uno que me dejó un no sé qué.

Aquí la comparto:


"Donde lloran las estrellas"


Donde lloran las estrellas no lloran los soles,
el celeste se tapa y las nubes se esconden,
el viento se acerca junto con la tormenta.
No hay refugio alguno, busquemos dónde ir.
Es tan frío y vacío donde lloran las estrellas,
en el eco cerrado una grita su nombre.
Muy fuerte al suelo se aferra la maleza,
contentas las flores se ponen a reír.
El viento se acerca junto con las tormentas.
No hay refugio alguno, busquemos dónde ir.
Es tan oscuro, muy frío donde lloran las estrellas.

20 de junio de 2010

12 de junio de 2010

Vamos pal norte?

Guanuqueando



Verteros de labios quebrados
Zampoñas y quenas sonando
Antiguo respiro en la boca
Besos, besos de mi raza
Perdido en la noche de silencio
La tarde que se hace distancia
Misterios que el tiempo descifra
Ése, ése es su respiro.

Siento quenas que en el viento huyen
Trayendo amores y silencios de las peñas
Que encierran el sol en su corazón.

Entre airampos de luna
Samponias que en el viento huyen
En viaje buscando el cielo un cóndor va
Como mi ser resucitará buscando la luz.

Siento quenas que en el viento huyen
Trayendo amores y silencios de las peñas
Que encierran el sol en su corazón.

Maestro Ricardo Vilca

3 de mayo de 2010

¿Cómo es tu lugar de trabajo?

El lugar de trabajo ha sido, desde siempre, uno de los ámbitos menos divertidos (nótese que quise evitar el término "aburrido") en donde el hombre y la mujer modernos han tenido que insertarse para ganarse el pan. Salvo que usted trabaje en Google y la pase bomba.

Pero existen pequeñas pymes donde el espíritu creativo brota a más no poder. Si, en una pequeña fábrica ubicada en el sur del conurbano bonaerense puede apreciarse cierto clima descontracté. O freak, quizás.

Los nombres que aparecen en algunas de las fotos que se exponen a continuación han sido cambiados para no comprometer al personal calificadamente involucrado.

Lápices de colores intervenidos con porcelana fría en ratos al pedo...




Matías durmiendo la siesta en el piso de la oficina. Lola también.


Potus que se cayó de la biblioteca. Merecía quedar retratado.


Pablo durmiendo la siesta con Mimi y Lazslo



Móvil creado por Erica (cuelga del techo) Matías preguntó si nos había visitado Marta Minujín...


Fotos, dibujos, corazones a lunares...


La chica a veces se aburre y medita...

Adminículo que usa Matías para lavar el auto. Le puso nombre y todo...


Lazslo duerme inmutable y aprovechamos para hacerle un chascarrillo.



Lapicera Conejo de la Licenciada en Administración (hecho por ella misma en un rato de inspiración) Para escribir cosas importantes.


Fotos: Erica (con el celu de juguete)

Aclaración: Matías y Pablo son mis hermanos (pucha! se me escapó!)


6 de abril de 2010

Curso de Fotografía por correo


En sólo tre entregas usté podrá sacar unas fotos de la puta madre.
Incluye un material re güeno.
Los certificados son oficiales, son.

28 de marzo de 2010

Lalo y Lola II

Lalo y Lola están hermosos y sanos. Aún están bajo mi custodia pero necesitan un nuevo hogar. Así que recurrí a distintos medios para lograr mayor difusión sobre su adopción. ¡Espero buena respuesta esta vez! Gracias




18 de marzo de 2010

Pregunta animal II

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"¿Te suena la palabra idealizar?"
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(me preguntó mi maestra hace unos días, cuando yo le hablada de alguien por quien andaba moqueando...)

8 de marzo de 2010

4 de marzo de 2010

CIELO







Caviahue, Neuquén