31 de marzo de 2006

La carta


Llego a casa. Desde el pasillo puedo ver que, debajo de mi puerta, hay un papel color blanco. Sería de alguna factura de servicio o algo así. Cuando entro, me doy cuenta que no era nada de eso; simplemente un sobre común con un par de estampillas de colores. Hacía rato que no recibía correo personal. Adoro las postales tradicionales. ¡Qué tanto e-mail ni ocho cuartos! Me tomo el tiempo para “desensillar” y me acomodo para comenzar el ritual de apertura del sobre cuyo dorso tiene un remitente poco claro. Al abrirlo, me encuentro con una carta escrita en Word donde se me saluda amablemente. Dicen tener registrado datos personales que yo debo haber aportado en alguna ocasión y que, según ese registro, tengo una documentación vencida que debe renovarse. Por medio de la presente, me invitan a hacerlo. La referencia me guía al final de la carta, donde figura el dato a actualizar:
“paciente: Dulcinea
vacuna: triple felina”

Como les decía: hace rato que no recibo correo personal...

No hay comentarios.: