26 de agosto de 2007

El gimnasio

Desde que volví de las vacaciones de verano, estoy por retomar el gimnasio. Cosa más odiosa! El compendio de excusas es interminable: "hace mucho calor", "hace mucho frío", "tengo que estudiar", "me duele la garganta", "llueve", "nieva" (ésta es nueva), "me cayeron visitas", "se me hizo tarde", "me robaron el carné", etc.
Pensando en eso, se me ocurrió una idea buenísima para acoplar al servicio del gimnasio, que es lo siguiente: pagando la cuota más un bonus, te brindan un servicio extra que consiste en un tipo que te va a buscar a tu casa a la fuerza, y se encarga de refutar cualquier excusa que le mandes para no ir. En casos más difíciles, en que el usuario intente esconderse en otros lugares que no sean su domicilio, se les inserta un microchip en la oreja, o en cualquier otro lado, así el forzudo lo va a buscar del cogote, donde sea que esté el indisciplinado.
Quizás, de esta manera, sea más fácil asistir a estos centros de tormento y no hacer como yo, que paga el pase libre para no ir nunca...

1 comentario:

Erica dijo...

reconozco que todavía no fui...