6 de noviembre de 2005

La operación


Estuvimos de visita por lo del veterinario. Se lo venía advirtiendo hacía unos días. Ya pronto iba a conocer lo que era un bisturí. La esterilización fue un éxito inversamente proporcional al cariño de Dulcinea. Al despertar de la anestesia, ella no sabía qué le habían hecho pero intuía que nada bueno podía ser.
Yo quise congraciarme dejándola dormir en mi cama y deambular por toda la casa, además de comprarle bocadillos deliciosos (que no quiso degustar). Pero su mirada no dejaba de fusilarme ni un segundo. Evitaba mi presencia, escabulléndose al ver que me acercaba a mimarla. La distancia duró un par de días y creí que nunca más me iba a querer. Pero al fin se le está pasando. Ya somos amigas otra vez!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobrecita Dulcinea, es como si a mi me hubieran cortado un h...ueso( o dos ). No importa..., como siempre esta' la posibilidad de adoptar, esperemos que algun dia, cuando sea emancipada, pueda desarrollar su instinto materno( que seguro lo tiene).
PD: Dulcinea si queres hacele pis en la cama como represalia.

Erica dijo...

No te preocupes, ella ya se está poniendo al día con los destrozos...

blogworkorange dijo...

Mi Lola tuvo un mal embarazo y tuvimos que operarla. Se la pasó triste triste, ya hoy está gorda.

Unknown dijo...

A mí me pasó lo mismo. Y nadie me creía que mi gordo (que después se puso más y más) me cortaba los ojos, no sólo porque lo dejé 3 días interno sino porque él sabía que algo le faltaba, aunque no pudiera decir qué. No me valieron dulces ni que durmiera en mi cama ni nada. Después se le pasó eso sí, pero la culpa no me dejaba vivir.